RIjsnburg (1661-1663)



En 1661 Spinoza decide marcharse de Ámsterdam, donde ya no le quedaban fuertes lazos familiares, trasladándose a Rijnsburg donde residirá en Katwijklaan, en casa de Hendrik Homa, cirujano, menonita y colegiaste.




No existen evidencias explícitas sobre las razones de Spinoza para mudarse a Rijnsburg, no obstante, es muy probable que la causa principal haya sido la cercanía a Leiden, sede de la Universidad del mismo nombre, que era el principal centro del pensamiento cartesiano de Holanda. Si bien no existen registros formales de la presencia de Spinoza en la Universidad, si se sabe que en 1659 Tomás Solano y Robles declara ante la inquisición que conoció a Spinoza en Amsterdam en 1658, mencionando que era un filósofo renombrado y que había estudiado en Leiden (Van Bunge et al, 2011) Es decir Spinoza habría frecuentado Leiden antes de su partida, asistiendo probablemente como alumno no inscrito a lecciones de filosofía y medicina.

En Rijnsburg se instalará con su equipo para pulir lentes para telescopios y microscopios, que será una importante actividad durante el resto de su vida y causante de agravar los problemas de salud respiratoria que lo llevaron finalmente a la muerte. Para algunos biógrafos, como Lucas, esta actividad habría sido una forma de generación de ingresos, sin embargo, otros autores bien documentados, como Colerus, y más tarde Gebhardt, niegan esta posibilidad sobre la base del hecho conocido de que sus amigos, principalmente Simon de Vries, habrían dispuesto de sumas de dinero a disposición del filósofo (Dominguez, 1995; Gebhardt, 1938).

El interés por los lentes por tanto tendrá un carácter más bien científico, lo que lo llevó a relacionarse con el gran astrónomo holandés Christian Huygens, vinculado a la Royal Society de Londres, con quién entabla una amistad científica y para quién producirá lentes para sus telescopios. Se conoce la positiva opinión de varios científicos de renombre respecto de la calidad de los lentes de Spinoza, lo que indica que el filósofo tenía avanzados conocimientos de óptica y física en general. Esta referencia es de gran relevancia ya que, como lo ha destacado sobre todo Wim Klever,  da cuenta de un Spinoza muy cercano a la nueva ciencia, con lo que pueden descartarse otras caracterizaciones más espirituales o místicas, como las que propone Gebhardt (Gebhardt, 1938)


Equipo de pulir lentes de Spinoza

Su interés por la nueva ciencia tiene como fecha clave el año 1661 donde inicia su amistad y correspondencia con Henry Oldenburg, filósofo y teólogo alemán que cumplirá un destacado rol como primer secretario de la Royal Society inglesa creada en 1662. Oldenburg era amigo de destacadas figuras políticas, filosóficas y científicas de la época, tales como el físico Robert Boyle, el milenarista Peter Serrarious, John Milton - secretario de Oliver Cromwell – Thomas Hobbes y Jan Rieuwerstz (estrecho amigo y editor público y clandestino de todas las obras de Spinoza). 



Sus amplias redes sustentaron una intensa vida de viajes y conexiones que ayudaron en su trabajo en la Royal Society. A partir de referencias de amistades cercanas al filósofo, Oldenburg visita a Spinoza en Rijnsburg generándose un afecto inmediato que dará origen a una larga relación epistolar que durará toda la vida restante de ambos, interrumpida no obstante durante varios años por algunos acontecimientos políticos ingleses que determinaron el encarcelamiento de Oldenburg. Fruto de esta relación intelectual surgirán los intercambios epistolares, aunque mediados por Oldenburg, entre Spinoza y Boyle, en donde discutirán sobre diversos experimentos científicos.

En Rijnsburg Spinoza redacta en 1663 la única obra que firmará con su nombre en vida, los Principia philosophiae cartesiana, donde busca exponer en forma pedagógica el pensamiento cartesiano, junto con los Cogitata metaphysica donde expone su propia visión sobre Descartes. Esta obra fue compuesta a partir de la insistencia de algunos discípulos para que sistematizara sus enseñanzas cartesianas, en especial las dictadas a un discípulo llamado Cesaerius. Los Principia le traerán a Spinoza una creciente fama de filósofo y reforzarán su fama de pensador ateo.

Es muy probable también que en estos años Spinoza haya seguido trabajando en su Breve Tratado sobre Dios, el Alma y la Felicidad, iniciado con toda seguridad en Amsterdam, y que será encontrado recién en 1862 en latín. Este tratado puede considerarse como el embrión de su mayor obra, la Etica, ya que en el desarrollará varias ideas que madurarán en sus obras posteriores.